Fundamentos de la tecnología blockchain, sus distintos usos y aplicaciones


Todo lo que debes saber sobre la cadena de bloques y sus aplicaciones, más allá del ámbito de las criptomonedas.


¿Qué y cómo funciona la blockchain?


Blockchain es una red inmutable de registro público que facilita el registro y seguimiento de activos de persa especie.


La “cadena de bloques” (así se traduce al español) habitualmente se asocia a los activos digitales en general y a las criptomonedas en particular. Pero además es útil para el registro de bienes tangibles como casas, autos o dinero en efectivo, según explica la firma IBM.


“Prácticamente cualquier cosa de valor puede ser rastreada y comercializada en una red blockchain”, explican.


También puede ser definida como un “listado maestro”.


¿Cómo funciona la blockchain? Mira.


Tal como señalan desde Bitso, una empresa especializada en criptomonedas, se puede pensar en blockchain como una gran hoja de cálculo que registra todo lo que sucede con cada activo.


Por ejemplo, en el correspondiente a la pisa virtual Bitcoin se verifica toda la información sobre cada moneda emitida, ofreciendo así una auditoría abierta al 100% para los miembros autorizados.


En resumen, las siguientes son algunas de las principales características de la blockchain:


Es un libro mayor distribuido e inalterable.


Es digital: está en la nube.


Ofrece datos inmediatos en forma compartida, de allí su carácter descentralizado.


Su información es transparente y completa (contempla toda la trayectoria de las transacciones).


Es accesible para los miembros autorizados.


Promete confianza y eficiencia.


Ahora bien, ¿cómo funciona la blockchain? Veamos.


Cuando se realiza una transacción, se registra un nuevo “bloque” en la cadena. Es una suerte de nuevo eslabón que muestra el movimiento de un activo (tangible o intangible). La información incluye respuestas a los qué, cuándo, dónde, cuánto, e incluso condiciones específicas.


Los bloques están interconectados. Un nuevo eslabón se vincula al anterior y al posterior. De esta forma se genera una cadena de datos (con todo el historial), evitando que se alteren o se inserte información ilegítima. Los datos de las operaciones pasan de un bloque a otro y se replican en los posteriores.


Blockchain es una cadena irreversible. Cada bloque refuerza al anterior, volviéndose resistente a eventuales manipulaciones.


Cada bloque tiene archivos, datos y un código alfanumérico aleatorio y único llamado “hash”. Se trata de una función de criptografía que permite acceder a los datos, aunque sin revelar la identidad de las personas o información sensible.


La comunidad es relevante en blockchain. Los miembros validan las transacciones y entonces pasan a la cadena de bloques en forma permanente.


Entre las ventajas de blockchain se destaca la privacidad, la seguridad, la inmutabilidad de los datos y la validación. La cadena de bloques permite una custodia colectiva que ayuda a evitar fraudes, tal como indica el sitio TN.com.ar.  


Esta tecnología optimiza recursos al evitar registros duplicados y validaciones de terceros.


¿Por qué es seguro el sistema blockchain? Porque los miembros obtienen una copia con todos los cambios realizados. No hay diferentes versiones de un mismo documento, y por eso es posible seguir el rastro de todo lo que ocurre en el proceso.





Aplicaciones de la tecnología blockchain


La tecnología blockchain abarca numerosos ámbitos, además de su especial protagonismo en el mundo de las criptomonedas.


A continuación, algunos ejemplos del uso de blockchain que demuestran su versatilidad.


Contratos inteligentes: Los smart contract se registran en la blockchain y se ejecutan en forma digital. Esta modalidad brinda transparencia y agiliza procesos. Por ejemplo, permite establecer todas las condiciones de un vínculo comercial, programándolas una sola vez.


Pagos internacionales: La cadena de bloques ofrece esta función a través de las criptomonedas, que son una vía descentralizada para las transacciones (no dependen de gobiernos o bancos). Además, existen movimientos de dinero “tradicional” a través del blockchain, eludiendo trabas burocráticas.


Coleccionismo digital: En los últimos años irrumpieron los NFTs (siglas de “token no fungible”), que básicamente son certificados de propiedad de bienes digitales únicos. Su funcionamiento está basado en la blockchain (donde se registran las operaciones, los nuevos dueños, el dinero pagado, etcétera). Además, es habitual que estos activos se paguen con la moneda digital Ether.


Usos en cadenas de suministro: La cadena de bloques llegó para dinamizar y ofrecer transparencia a estos registros e inventarios, que habitualmente han sido confusos y maleables. En este caso, blockchain permite a empresas conectarse con socios y proveedores.


Usos en atención médica: Este tipo de registros digitales e inmutables también comienzan a ofrecer beneficios en el sector sanitario, por ejemplo para el seguimiento compartido de las historias clínicas de pacientes. Un caso interesante es el de IBM, que explica en un documento las ventajas que ofrece su plataforma blockchain en ese ámbito.


Innovación: Muchas empresas ya se subieron a los beneficios de blockchain como una vía para innovar. Algunos ejemplos interesantes: Kodak modernizó el almacenamiento de imágenes con estas tecnologías, y la plataforma de streaming musical Spotify gestiona los derechos de autor en cadenas de bloques.


Lo cierto es que las aplicaciones de blockchain son múltiples y se espera que el empleo de estas soluciones aumente en los próximos años, a medida que los sistemas ya implementados evolucionan y muestran eficiencia.


Además, a pesar de su carácter descentralizado y de cierta aprehensión de los Estados hacia las criptomonedas; este tipo de tecnología también es adoptada por gobiernos. Un caso de mención en Sudamérica es el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que anunció TangoID, un protocolo de identidad digital anclado en blockchain.


¿Cómo acceder a la blockchain?


Para comprender cómo acceder a la blockchain es preciso notar que no hay una única.


Existen múltiples blockchain. Por ejemplo, cada criptomoneda tiene una propia.


A sabiendas de esa multiplicidad, el primer paso para acceder es conocer la dirección de la blockchain. En el sitio blockchain.com aparecen las más conocidas.


Para encontrar cadenas de bloques es posible hacerlo a través de búsquedas concretas, por ejemplo ingresando la dirección de una billetera electrónica de Bitcoin o el número de hash que identifica transacciones.


¿Cómo trabajar con la blockchain?


Siguiendo a Bitso, hay dos formas principales para trabajar con la blockchain.


Aplicarla en las empresas: Esta tecnología ofrece numerosos beneficios en los negocios, tal como hemos visto en este repaso. La cadena de bloques tiene un alto potencial para ofrecer soluciones a persos aspectos comerciales, desde la cadena de suministros, pasando por el vínculo con los clientes, el control de procesos en forma remota, hasta la generación de contratos inteligentes.


Sumergirse en blockchain como desarrollador: Otra opción para trabajar en cadenas de bloques es hacerlo “del otro lado del mostrador”. Con esto nos referimos a la creación de estas soluciones. Para ello es necesario disponer de conocimientos específicos en el área, además de habilidades como programador.   


Uso de la blockchain en las criptomonedas


A las criptomonedas habitualmente se las menciona como el “dinero del futuro”. Sin embargo, ya están entre nosotros.


Se trata de activos digitales, que se apartan de la centralización intrínseca del dinero “tradicional”, con un funcionamiento apoyado en la red blockchain.


En rigor, la tecnología blockchain nació como un elemento secundario de la criptomoneda más conocida. El documento fundacional del Bitcoin que se publicó en el año 2008 mencionó a la cadena de bloques como necesaria para el despliegue del activo.


Es relevante comprender que blockchain no es sinónimo de Bitcoin o de moneda virtual. Se trata de la tecnología que “cuida las espaldas” a las criptomonedas y que, como hemos visto, no se restringe a ese ámbito.


También para las criptomonedas, la tecnología blockchain ofrece aspectos deseables como la seguridad, la privacidad y la descentralización.


¿Por qué blockchain garantiza seguridad para el uso de criptomonedas? Tal como dicen en el mencionado repaso de la publicación TN, esta tecnología “garantiza que la información almacenada nunca va a modificarse, perderse o eliminarse por ser una tecnología distribuida en la que cada nodo de la red guarda una copia exacta de la cadena”. De esta forma, “un atacante debe anular la cantidad completa de nodos si pretende eliminar la información”.





Elementos clave de la blockchain


La blockchain (a esta altura del repaso se comprende que hablamos de “las blockchains”) tienen tres elementos clave: los participantes, los activos y las transacciones.Veamos esto en detalle.


Participantes en blockchain: Los usuarios, las entidades de auditoría, las instituciones financieras, las empresas que administran la red, etcétera. Según los casos, los participantes tienen diferentes permisos para ver y validar las transacciones.


Activos en blockchain: Es aquello que se intercambia en la cadena de bloques. Como hemos visto, puede tratarse de criptomonedas, información, informes, tokens, documentos, certificados, etcétera.


Transacciones en blockchain: Son las reglas de juego que median entre los participantes y los activos. En otras palabras, se trata del modo en que se registran las modificaciones en la cadena de bloques. Emisiones de certificados, transferencias, cambio de permisos, etcétera.  


Glosario técnico de la blockchain


Al adentrarse en un universo complejo, es habitual que surjan terminologías que en ocasiones resultan opacas. Para remediar (al menos en parte) esa dificultad, a continuación compartimos algunas definiciones de terminologías habituales en blockchain.


Activo: Es el recurso basado en criptografía, con funcionamiento apoyado en la cadena de bloques. Como hemos visto, puede ser tanto digital como tangible.


Ballena: En el mundo cripto, así se llama a los inpiduos que tienen una gran cantidad de activos en una moneda. 


Bifurcación: Refiere a una versión maliciosa o errónea de la cadena de bloques. Habitualmente tienen una vida breve, ya que requieren de muchos usuarios para mantenerse. 


Bitcoin: Creada en 2008, es la moneda digital más conocida. 


Cartera: También denominada “wallet”, es un programa para gestionar cuentas y claves que permiten revisar, recibir y enviar activos digitales. 


Claves públicas y privadas: Son componentes fundamentales para el uso de activos creados en redes blockchain. Forman parte del campo de la criptografía: las privadas se asocian matemáticamente a una dirección pública y sólo son conocidas por su dueño.


Criptoactivos: Es el token que se construye a base de criptografía y se comercializa en una cadena de bloques. 


Hash: Función de criptografía que permite acceder a los datos sin revelar la identidad de las personas ni información sensible.


Hyperledger Project: Es un proyecto colaborativo que administra la Fundación Linux e involucra empresas del sector privado para crear cadenas de bloques que cubren necesidades corporativas.


Minería: Es el proceso realizado con computadoras súper potentes para verificar en blockchain. Esos equipos resuelven problemas matemáticos complejos (hash puzzles) para verificar el siguiente bloque añadido a la cadena. Cuando la transacción es verificada, el minero es recompensado.


PoW: Siglas de “proof of work”, es la recompensa que reciben los mineros.


Nodo: En informática, es una computadora o servidor conectado a una red y capaz de transmitir información. En las blockchains descentralizadas, hay múltiples nodos.


Sumergirse en el ecosistema cripto puede resultar complejo en una primera instancia, aunque la penetración de estas soluciones en persos ámbitos (comerciales, de gobierno e incluso en la vida cotidiana) es una buena razón para aprender sobre criptomonedas, redes descentralizadas y los beneficios que estos avancen no prometen simplemente, sino que ya cumplen.