¿Qué es la Metodología Agile?


¿Estás buscando mejorar tus procesos de trabajo? ¿Escuchaste hablar de metodologías ágiles y te dio curiosidad o, simplemente, te gusta investigar? Cualquiera sea la opción elegida, ¡has llegado al lugar indicado!


Ven, continúa leyendo para descubrir por qué es una metodología de trabajo que puede ser utilizada por muchas industrias distintas. Y por qué es necesario que toda persona interesada en seguir creciendo, la conozca. ¡A por ello!





Metodología Agile (o Metodología Ágil): Una introducción antes de la definición


Todo empezó con el desarrollo de la tecnología, más precisamente, con el software. La clave para entender por qué está metodología es importante es la retroalimentación.


No te abrumes con este concepto. Es lo que en inglés se conoce como feedback: feed es alimentar, back significa de vuelta, y acá está el quid de la cuestión. En hacer y recibir una respuesta, o mejor, hacer y ver cómo funciona aún cuando no se haya llegado al final del trabajo. 


¿Por qué esto es tan importante? Porque permite ir analizando durante el proceso qué es lo que funciona, qué no, cuáles son las trabas, donde fluye y hacia donde se puede llegar.


En la retroalimentación o feedback se obtiene una información nueva sobre la realidad, una perspectiva diferente a la que ya se tenía. Y esto es importante para agilizar los procesos, las tareas, el desarrollo de lo que cada uno necesite.


Sin embargo, no se trata solo de agilizar sino de cambiar el rumbo si es necesario, sumar nuevos elementos, nutrirse y mejorar el trabajo.


Al reunir distintas perspectivas, se obtiene una visión más completa de la realidad. De esta manera, las decisiones que se tomen sobre cómo seguir o qué hacer serán más inteligentes, más eficaces y brindará la posibilidad de obtener mejores resultados.


Qué es la Metodología Agile: definición


Agile es considerada una metodología pero, en realidad, es más que eso: es una filosofía. De trabajo, sí, pero también de vida o del comportamiento. En su definición y forma subyace un modo de hacer, basado en la partición o desmembramiento de las tareas. Es un probar y hacer, errar, probar y hacer, seguir. Es decir, un proceso iterativo.





Entonces, Agile es un conjunto de metodologías distintas en las que se trabaja por tareas y períodos de tiempo, llamados sprints. Cada tarea evoluciona por retroalimentación. Y lo que permite es que las empresas o desarrolladores o ejecutantes de la tarea se puedan adaptar fácilmente al cambio. Esto es, incorporando cada modificación a los distintos procesos y obtener beneficios de esta flexibilidad. 


En esta metodología, la iteración y el prototipo son dos conceptos claves. Las formas de trabajo se adaptan a las condiciones del proyecto, lo que permite un desarrollo fluido, rápido y flexible. Además, de mejores respuestas para que el proyecto se acomode al entorno y se obtengan los resultados que se buscan.


Agile son, de esta manera, distintos métodos de trabajo o de actuación, en la que los requisitos, su desarrollo y soluciones van cambiando de acuerdo a lo que el proyecto necesite. No se quedan anclados a la planificación inicial, evolucionan en el tiempo y con las circunstancias del proceso y las necesidades del proyecto.


Se trata de un trabajo multidisciplinario en el que la toma de decisiones es un proceso en conjunto con todo el equipo, que se autoorganiza de manera eficiente para planificar y desarrollar el flujo de trabajo. 


De esta manera, el proyecto se “rompe” en pequeñas partes, se pide en pequeñas tareas que deben irse cumpliendo según el tiempo planificado. Cada trabajador maneja su tarea de forma autónoma pero se hacen reuniones diarias muy breves con el resto del equipo, las “dailys”, en las que cada uno cuenta su trabajo realizado y sus obstáculos (de existir) y en la cual se brinda transparencia sobre el avance del objetivo asumido en el sprint. En el caso que existan impedimentos que no permitan llegar al objetivo originalmente planteado, es necesario cambiar el rumbo.


No hay estancamiento, hay flexibilidad y evolución, inmediatez y resolución, avance y un incremento de la productividad. Estas metodologías reducen los costos y son eficaces en la entrega del producto final o desarrollo del proyecto.


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El origen de la Metodología Agile


Los orígenes de las metodologías ágiles, datan de la década del 80 y 90, en una versión primitiva de como las conocemos actualmente. Las primeras aplicaciones fueron en el sector de software, buscando reducir la complejidad de adaptación de metodologías tradicionales a esta tecnología. Posteriormente en febrero de 2001 las empresas de software más grandes del mundo crearon lo que se conoce como el “Manifiesto Agile”. Diecisiete expertos en programación, CEOs organizaron una reunión en la que mostraron sus mejores prácticas, aquellas que hicieron que sus compañías crecieran tanto. 


De esa reunión y de la puesta en común de sus mejores prácticas, surgió un modelo posible de trabajo, el “Manifiesto”. Y esto marcó un antes y un después en el desarrollo del software. Pero, este es un documento, una forma de trabajo que puede aplicarse a otras disciplinas.





El “Manifiesto” es un documento que esboza 4 valores y 12 principios para ser aplicados a las metodologías ágiles, cualquiera sea su versión. 


Este manifiesto madre se sostiene en 4 pilares o valores fundamentales: Interacciones de las personas sobre los procesos que están llevando a cabo, que son más importantes que las herramientas que usan; un software o una rutina que funciona en forma constante y continua; la participación del cliente o del creador en forma activa durante todo el desarrollo; y la posibilidad de respuesta rápida y flexible frente a los imprevistos que puedan surgir y los cambios que sean necesarios.


De esos pilares fundamentales surgen los 12 postulados como desarrollar una comunicación eficiente, satisfacer al cliente, entregar rápido dentro del tiempo planificado, que es muy reducido. Pero, también, revisar diariamente y en conjunto la evolución de cada tarea, ejercer una atención continua y focalizada como parte de la técnica, capacidad para adaptarse y corregir lo que vaya mal, superar las dificultades sin estancarse. La simplicidad es la norma básica de todo lo que se haga y, es esencial asegurarse de que el desarrollo sea sostenible.


Diferencia entre las Metodologías Tradicionales vs. las Metodologías Ágiles


Desde la década del 70, previo a que las empresas de tecnología tomaran el mando de la evolución del trabajo y de las formas de hacer, todo se hacía de una manera diferente. En los métodos de trabajo, los procesos a seguir eran waterfall o en cascada, es decir, lineales. Al principio de cada desarrollo, había una planificación completa del proceso que no contemplaba posibles obstáculos o imprevistos. 


Además, los procesos eran tan largos que se podía llegar al producto final en uno o dos años y se corría el riesgo de que no fuera lo que el cliente deseaba o esperaba. Si esto sucedía, se podría empezar de nuevo el proyecto, lo que llevaría uno o dos años más. O, se aplicaban respuestas de emergencia que no funcionaban.


La planificación inicial era tan estricta, cerrada y, tan poco maleable que los equipos de trabajo resultaban muy poco eficaces. No se podían adaptar ni reaccionar en una industria que evoluciona rápido, como era y es la de la tecnología, y que necesitaba resultados rápidos y eficaces.


Las metodologías tradicionales más populares son la RUP o Rational Unified Process y la MSF o Microsoft Solution Framework. Se basan en una documentación exhaustiva del proyecto completo. Y cada persona debe poner su atención en cumplir y llevar a cabo el plan del proyecto resuelto en la primera fase. Esto tiene como consecuencia que los costos para hacer un cambio son altos y no sirven para proyectos que cambian de acuerdo a su entorno o necesidades del contexto.


En este tipo de metodologías el proceso es así: se documenta, se planifica y, luego, se empieza el proceso.Frente a eso, en algún lugar de la propia industria, surgió el “Agile”. Una metodología que busca llegar al resultado final, al proyecto, pero sin comprometerse anticipadamente y con poco margen de maniobra ante cambios imprevistos. 


Aparece como una solución para mejorar la toma de decisiones mientras se avanza poco a poco en el desarrollo. Por eso, se establecen plazos de entrega cortos, partición del trabajo total en pequeñas tareas que ayudan a centrar la atención y evitar la dispersión.


Los métodos ágiles permiten desarrollos a gran escala porque parten de una planificación adaptativa en la que se van tomando decisiones parciales. En este tipo de metodología de trabajo es más importante que el grupo de trabajo interactúe y que se cree un producto que funcione, que dedicar tiempo a escribir en detalle una documentación.


Es más fructífero que se colabore con el cliente y que se garantice una capacidad de respuesta frente a un imprevisto que seguir un plan estricto. Esto da una ventaja competitiva en el desarrollo y permite, además, bajar costos.


Como Agile es un conjunto de métodos, hay varios caminos posibles. Los métodos más conocidos o más usados son el Scrum, el XP (Extreme Programming), Kanban, SAFe, AUP o el Iconix, entre otros. El Scrum es el más popular por su amplitud de ejecución. Sus principios pueden aplicarse a cualquier disciplina. Y porque, además, se centra en la mejora continua.Scrum o metodologías ágiles


A veces, se confunde Scrum con metodología agile, y esto es un error. La metodología Agile o ágil es una filosofía, una mentalidad o forma de trabajo. Por su parte, Scrum es un marco de trabajo, un proceso en el que se aplican algunas de las llamadas buenas prácticas para trabajar en equipo y llegar al mejor resultado.


Su nombre viene de una formación muy conocida del rugby, el scrum, donde el equipo trabaja de manera conjunta “empujando” y tratando de obtener la pelota y avanzar en el campo.Sirve para poder parar el juego con una falta mínima, autoorganizarse, y reiniciarlo. Es lo que el dicho popular llama “barajar y dar de nuevo”. Luego, se analizan las jugadas y las experiencias para aprender de los errores y aciertos.


Si trasladamos esto al Scrum como uno de los métodos de Agile, lo que hay que saber es que es un método de trabajo colaborativo en el que deben aplicarse buenas prácticas para obtener el mejor resultado. La elección de estas prácticas está determinada por el análisis de la manera de trabajo de los equipos de acuerdo a su productividad.


Cuando se necesitan obtener resultados rápidos y el proyecto involucra entornos complejos en los que se debe ser innovador, productivo, flexible y a la vez competitivo, el Scrum es el método ideal.


Este marco de trabajo prioriza el trabajo de acuerdo a su valor y necesidades. Está diseñado para adaptarse a los cambios que surjan en mercados competitivos. Establece reuniones, herramientas, tareas y funciones que se coordinan para que el equipo de trabajo sea eficaz. 


Así, es posible que cada miembro pueda gestionar y estructurar su trabajo en función del conjunto. Por eso, se hacen entregas parciales, en ciclos temporales cortos -iteraciones-, de hasta dos semanas. Y, por eso, es un marco de trabajo que le permite al equipo tener una gran capacidad de reacción y superar sus ineficiencias en tiempo real.


Se suele utilizar como marco de otras metodologías ágile como XP. Gracias a Scrum el cliente puede ir viendo la evolución del producto y participar activamente en su desarrollo.


Los tres pilares de Scrum


Scrum está compuesto por tres pilares fundamentales que son los que permiten que todo el proceso se centre en observar el desarrollo del producto y su progreso, los cambios en el mercado y la devolución del cliente, entre otros factores.


De esta manera, se obtiene la información precisa que lleva a una toma de decisiones eficaz. Las hipótesis se validan en la experimentación, por eso los tiempos de desarrollo son cortos.





Para que este proceso sea empírico, los tres pilares fundamentales son:  


Transparencia: Toda la información previa y que se genere durante el proyecto debe estar al alcance de todo el grupo de trabajo. Todos los integrantes deben saber qué sucede en cada etapa del proyecto para tener una visión global y total. 


En los “dailys” o scrum diarios se ponen en común las actividades, obstáculos y avance y ejecución del trabajo, todo el equipo sabe que sucederá en cada Sprint y en la revisión de cada sprint se ponen en común los resultados alcanzados, los aciertos y errores, las relaciones entre el equipo, las interacciones con el cliente, la forma de trabajo.


Inspección: Se hace en el Sprint. Se inspecciona el progreso de cada proyecto cuando se realiza la revisión de la planificación del Sprint, las reuniones diarias de Scrum o dailys y la reunión de revisión o Review. A su vez, en la reunión de retrospectiva el equipo inspecciona el trabajo realizado (el cómo se llevó a cabo) a fin de obtener puntos de mejora o acuerdos de trabajo en el siguiente sprint.


Esto permite que el equipo de trabajo se sienta motivado y que el proyecto fluya de manera organizada. En la inspección, los miembros del equipo pueden resolver sus dudas y hacer todas las preguntas necesarias. Así, se crea el plan más óptimo para cada momento del proceso de trabajo.


Luego, se inspecciona el plan creado y se adapta para que sea real y no solo una utopía que impide que el proyecto sea ágil y eficiente.


Adaptación: Es el pilar más importante porque es lo que permite que las tareas se vayan ajustando a las necesidades que van surgiendo. Si en el desarrollo del Sprint hay mejoras para hacer, se hacen y el equipo debe adaptarse a esos ajustes. 


La adaptación es clave para el éxito del proyecto, sobre todo si este es muy grande y se requiere que sea escalable. En el Sprint retrospective, ceremonia final en la que se analiza todo el proceso, el resultado de la interacción con el grupo y cliente, qué mejoras hay que hacer, qué obstáculos aparecieron, la adaptación es clave para mejorar en el siguiente sprint .


Por todo esto, en ningún momento se deben perder de vista los valores del Scrum, que acompañan a estos pilares antes mencionados: compromiso, foco, respeto, coraje y apertura.


Las Metodologías Ágiles como filosofía de vida


Ahora ya sabes mucho más de lo que necesitas para empezar. La metodología Agile contiene muchos métodos y, por lo tanto, hay muchas maneras de llevarla a cabo. Pero más que un método, es una filosofía de vida, una mentalidad a adoptar para que el trabajo sea más eficiente y rápido, no importa la disciplina en la que lo hagas.


Ya no pueden existir desarrollos lineales de proyectos porque el mundo está cambiando y las tecnologías evolucionan rápidamente. Se necesitan mentes ágiles, flexibles, con gran capacidad de adaptación para cambios repentinos de rumbo y de análisis para aprender tanto de los errores como de los aciertos.


Por eso, es necesario entender cómo funciona la metodología agile y por qué es un deber conocerla y tratar de implementarla en tu ámbito de trabajo. Es tan importante y eficaz su uso que en muchas empresas ya lo piden como parte del currículum, y no solo si sos estudiante de tecnología. Aprender a usarla te ayudará en tu aspecto laboral como en tu vida diaria.


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