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¿Qué es una startup? Características, financiación y ejemplos

¿Qué es una startup? Características, financiación y ejemplos

¿Qué es una startup? Características, financiación y ejemplos

¿Qué es una startup? Características, financiación y ejemplos

¿Qué es una startup? Características, financiación y ejemplos


Qué aspectos definen a las firmas emergentes, en qué se diferencian de una empresa y casos de grandes compañías que nacieron como startups. Además, ¿qué se necesita para empezar uno de estos proyectos?


¿Qué es una startup?


Una startup es una empresa emergente, cuya estructura habitualmente inicia con un capital mínimo.


Es usual que las startups tengan una base tecnológica, vínculos con la industria tech y con la digitalización, o que ofrezcan soluciones innovadoras.


Es preciso notar que el modelo de negocio de las startups (un término que en inglés se traduce como “puesta en marcha”) ha crecido exponencialmente en las últimas décadas abarcando múltiples rubros y ámbitos comerciales.


Otro detalle al examinar qué es una startup es que muchas dejan de serlo cuando la empresa consigue mayor visibilidad y se afianza en el mercado. Más adelante en este artículo hablaremos de este aspecto en detalle y mencionaremos ejemplos de firmas ahora súper reconocidas que nacieron como “emergentes”.


El origen de las startups se remonta a mediados del siglo XX, en Silicon Valley, California, cuna de muchos de los conglomerados tecnológicos más importantes del mundo. Hacia las décadas del 70’ y 80’, el concepto se generalizó con la emergencia de firmas como Apple, Amazon y Microsoft.





Características principales de una startup


Las siguientes son las características principales de un startup, que aplican en la mayoría de los casos:


Es de creación reciente: Tal como señalamos, el mismo término significa “puesta en marcha”. La definición “emergente” también revela esta condición. Se trata de empresas jóvenes.


Tiene costos acotados: Las startups apuntan a la financiación y a la atracción de inversores, usualmente iniciando la actividad con un capital acotado.


Es un modelo de negocio escalable: Al menos en términos de ambiciones, una startup se esfuerza para crecer y afianzarse como empresa en períodos relativamente cortos. Procuran aumentar ingresos sin un incremento de los gastos.


Ligada a la innovación: Es habitual que estas firmas emergentes basen su actividad en productos o servicios disruptivos, en muchos casos con fuerte vínculo con las soluciones tecnológicas.


De amplio alcance: En términos geográficos, las startups suelen tener un enfoque amplio respecto a sus actividades. Es decir, no se limitan a mercados demasiado locales.


No están necesariamente “atadas” a espacios físicos: Muchas empresas emergentes apuestan por modalidades como el home office o por oficinas compartidas.  


¿Cómo funciona una startup?


El funcionamiento de una startup está lógicamente relacionado a las características que hemos repasado.


El carácter innovador es más que un lema para las empresas emergentes: es el core de su funcionamiento. Los productos innovadores son los que permiten a una startup conseguir una ventaja competitiva en el mercado.


En ese sentido, el mindset de los emprendedores en startups apunta a ofrecer soluciones a problemas. Tal como indicamos anteriormente, es habitual que la propuesta gire en torno a tecnologías que traen una disrupción.


Por otra parte, cuando se analiza cómo funciona una startup es preciso considerar los siguientes aspectos.


El negocio procura crecer y ser rentable sin que sea necesario incrementar los costos.


En ese camino, las startups buscan seducir a inversores y atraer capital.


Las empresas emergentes están expuestas al riesgo: el lanzamiento de propuestas innovadoras no siempre es una apuesta exitosa.


Dada la juventud que la caracteriza y la acotada inversión inicial, es habitual que el funcionamiento de una startup se apoye en equipos de trabajo también acotados.


En ese sentido, es habitual que los integrantes de una startup se encarguen de más de una tarea.


Tipos de financiación de una startup


Los costos iniciales de una startup habitualmente son reducidos. Por eso, también es acotada la necesidad de financiación.


Luego, el desarrollo de la empresa emergente se enfoca en la búsqueda de inversiones y financiación. Diferentes actores entran en juego, permitiendo a las startups expandir su alcance.  





Familia y amigos


En inglés se conoce a este tipo de inversores con las siglas FFF, por “family, friends and fools”.


Muchos no consideran a este grupo como inversores, pero existen numerosos ejemplos que muestran la relevancia del apoyo financiero de las personas más cercanas para el nacimiento de los emprendimientos.


Habitualmente, se trata de aportes reducidos.


Inversores “ángel”


Los business angels son inversores que apoyan proyectos con dinero propio. Es usual que se involucren en más aspectos además del económico, por ejemplo aportando contactos, clientes y consultoría.


Seed capital o capital semilla


Es un tipo de inversión que generalmente aparece en las fases más tempranas de la startup, cuando aún no se registran beneficios.


Este tipo de inversión es una apuesta: la decisión de otorgar el capital no se basa en los resultados financieros de la empresa, sino en el potencial de sus ideas.


Venture capital o capital de riesgo


Aparece usualmente cuando las actividades de la startup están más avanzadas. Incluso así (tal como denota la denominación) existen riesgos para el inversor.


El capital de riesgo no proviene de inpiduos sino de fondos de inversión especializados. Aportan cantidades de dinero mayores, que normalmente se piden en rondas y se entregan en partes.  


Private equity


Se trata de un tipo de financiación para startups que se concreta cuando el emprendimiento se encuentra en etapas avanzadas.


Implica inversiones cuantiosas, necesarias para expandir el negocio.


Diferencias entre empresa y startup


Es habitual usar “startup” como sinónimo de Pyme (pequeñas y medianas empresas), aunque es clave saber que existen diferencias entre ambos conceptos.


Las siguientes son las principales diferencias entre una startup y una empresa:


Las startups se caracterizan por su escalabilidad y por la búsqueda de un crecimiento exponencial, en el corto plazo. Eso no ocurre en una empresa, al menos en la definición tradicional.


Los objetivos de las startups usualmente giran en torno al ánimo de resolver problemas de modos creativos; las empresas se basan en la venta de productos y/o servicios, sin que sea la innovación su carácter principal.


Con objetivos persos, también cambian los modelos de negocio. Las firmas emergentes se caracterizan por explorar vías alternativas y, en tanto, están más expuestas al riesgo.


Es usual que las startups tengan procesos más ágiles en comparación con las empresas tradicionales.


Tal como señalamos anteriormente, también se diferencian por el ámbito en el que se mueven: las startups usualmente tienen una base tecnológica, carácter que no define a todas las empresas clásicas.


Los tipos de financiación de las startups también son un carácter muy propio de los emprendimientos emergentes, que buscan crecimientos exponenciales en períodos cortos, y que inician su recorrido con capital acotado.


El recorrido en el mercado también diferencia a las startups de las empresas, tal como analizaremos en el siguiente punto.





¿Cuándo una startup deja de serlo?


¿Es posible establecer cuándo una startup deja de serlo? Si bien no existen parámetros establecidos al respecto, sí es posible referir algunos aspectos que suponen el “cambio de condición”.


Una respuesta posible es la siguiente.


Hay quienes dicen que una startup es aquella que tiene 3 años de recorrido en el mercado, no más.


Sin embargo, existen casos de startups que siguen definiéndose como tales y que tienen una vida que supera los 3 años.


En todo caso, es más ajustado decir que la consolidación del negocio es aquello que determina el paso de startup a empresa. ¿Qué variables supone, además del paso del tiempo?


El lucro que obtiene.


La sostenibilidad del proyecto en el largo plazo.


La estabilidad de sus procesos.


El reconocimiento en su rubro.


Por lo demás, que una startup se convierta en empresa no significa que deba renunciar a la búsqueda de soluciones innovadoras.


¿Qué es la metodología lean startup?


El método lean startup es un sistema que se emplea para que un proyecto se convierta en una empresa.


Para hacerlo, pone foco en las necesidades de los clientes. La clave es conocer el punto de vista de los consumidores para modificar los productos hasta llegar a una versión final.


En términos técnicos, lean startup es una metodología de validación de productos con el objetivo de escalar el negocio.


Este método adapta los productos y servicios en función de las demandas del mercado, y no de acuerdo a la visión “cerrada” o sesgada de los responsables del proyecto.


La idea principal del método es definir y acortar los ciclos de desarrollo, con el lanzamiento de diferentes propuestas durante un lapso determinado. De esa forma, se obtiene el feedback de potenciales clientes, para entonces mejorar las versiones del producto hasta llegar a la edición final.


El concepto fue creado por el emprendedor de Silicon Valley, Steve Blank, basándose en la validación de productos según la visión del cliente. Su discípulo Eric Ries popularizó esas ideas en el libro El método lean startup.


Ejemplos de empresas que fueron startups


Gigantes de la industria tecnológica son buenos ejemplos de empresas que fueron startups.


En el listado aparecen Facebook, Amazon y Google, entre otras. Apple también lo fue, con su ya conocido nacimiento en el garaje de la casa en la que Steve Jobs vivía con sus padres.


Otras firmas que surgieron como innovadoras y emergentes, ahora consolidadas como compañías, son Uber (emblema de los viajes compartidos); Spotify (líder entre los servicios de streaming de música); y Airbnb (paradigma en el negocio de los alquileres temporales).


¿Qué se necesita para empezar una startup?


Para empezar una startup es relevante validar la hipótesis del modelo de negocio.


En otras palabras, es importante definir si el producto o servicio que se procura desarrollar y ofrecer es sostenible en el tiempo, si es escalable y si existe realmente una demanda.


Para iniciar una startup conviene seguir una serie de pasos previos.


Definir el problema que resolverá la startup, es el core del proyecto, su esencia y base fundamental.Realizar pruebas y estudios de mercado, ya que una inversión de tiempo, dinero y esfuerzo requiere bases. En este caso, son válidas las simulaciones y métodos como lean startup, arriba mencionado.Desarrollar la marca, clave para avanzar de modo que una buena estructura esté acompañada de eficientes estrategias de marketing para posicionar la startup y alcanzar al público objetivo.Realizar una presentación de ventas, un paso que formaliza el proyecto y lo muestra ante potenciales inversores.Considerar la estructura legal, también es importante en las startups. Aunque no lleve el nombre de “empresa”, la actividad debe encuadrarse en un marco jurídico para cumplir con las normativas vigentes.        

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