Roadmap: ¿Qué es, cuántos tipos de hojas de ruta existen y cómo desarrollarlo?


Solo quienes tienen un emprendimiento propio saben lo difícil que es sostenerlo en el día a día, y es que con el afán de hacerlo crecer muchas veces se desvirtúa el objetivo, se hacen malas inversiones o, en concreto, se toman decisiones impulsivas.


¿Cómo evitar esto? Con una hoja de ruta que marque el paso a paso de las acciones que se implementarán para lograr un objetivo. Atención, es una herramienta que todo buen product manager tiene que conocer. 


El diseño de la misma otorga una visión general del futuro de esas decisiones, pero además es una excelente manera de compartir con un equipo tal visión de manera de que todos trabajen de acuerdo al propósito.


En el artículo de hoy exploraremos más sobre el concepto de roadmap, los beneficios que tiene esta técnica, todas las formas de aplicarlo y finalizaremos con un paso a paso para que puedas crear tu propia hoja de ruta.


¿Quieres sumar esta visión estratégica como productor de tus propias ideas de negocio? ¡Acompáñanos!


¿Qué es un roadmap?


Un roadmap es, como lo mencionamos antes, una hoja de ruta. Es la guía que confeccionamos con el paso a paso de todo lo que debemos hacer para lograr una determinada meta.


En los negocios, este roadmap es sumamente importante para evitar que tanto quien dirige una empresa, como las segundas líneas de liderazgo y los equipos en sí mismos, no corran el riesgo de perder el enfoque en uno o varios objetivos.


A simple vista parece algo sencillo, tanto como enumerar los objetivos y designar responsables y recursos para alcanzarlos. Sin embargo, la gran complejidad de esta herramienta radica en hacer un uso adecuado de la misma para que tal guía sea realmente efectiva.


¿Y por qué es fundamental tener una hoja de ruta en los negocios? Como en todo proyecto es relevante saber cuánto tenemos que invertir en ello para que funcione y sea rentable.


No se trata solo de dinero, sino también de tiempo y confianza, porque si incluimos a otras personas o contratamos servicios para lograrlo sin estar seguros de su resultado, esto puede terminar en absoluto fracaso.


De hecho, según el estudio Pulse of the Profession 2021 (PMI) la pandemia hizo que las organizaciones dejaran de eludir la necesidad de llevar adelante una buena gestión. Solo en 2016 las pérdidas registradas eran de USD 122 millones por cada inversión de USD 1.000 millones. En cambio, en 2021, las empresas bien gestionadas demostraron ser mucho más rentables.


Esto mismo hizo que, parafraseando el informe de PMI, nazca la figura de la empresa gimnasia que, entre otras cosas, es capaz de ser más flexible ante los imprevistos gracias a la correcta planificación de sus acciones. 


¿Cuáles son los beneficios de hacer un roadmap?


Los beneficios de hacer un buen roadmap son:


Claridad en los objetivos: Un roadmap expone de manera clara y concreta cuál es la dirección a tomar para alcanzar los objetivos.Definición de las etapas: La visualización de las etapas permite que, tanto el líder como todo el equipo, sean más precisos en cada paso que dan.Representación del proceso: De esta manera se expone la evolución del proceso y de las acciones de los equipos, también la de los clientes. Mejora la productividad: Gracias a que expone los procesos, es una gran herramienta para organizar y planificar mejor las tareas y recursos. Mejora la experiencia de los equipos: La organización genera un ambiente de trabajo armónico y enfocado.  Más oportunidades de rentabilidad: Los procesos claros y planificados reducen las pérdidas, aumentan las posibilidades de obtener ganancias e, incluso, de hacer nuevas inversiones.


En concreto, las hojas de ruta son útiles para optimizar la gestión del tiempo y los recursos, así como mejorar la gestión de riesgos..





Tipos de roadmap


Existen tantos tipos de roadmap como proyectos o productos en los que estés trabajando. 


Sin embargo, podemos diferenciar tres tipos de roadmap que se particularizan por su enfoque en el producto, en los procesos o en el desarrollo. De todas maneras, notarás que los tres tienen un poco de cada uno. 


Mira,


1- Roadmap técnico o tecnológico


Este tipo de hojas de ruta precisa, ante todo, los recursos que se requieren para lograr determinado objetivo. 


Al hablar de recursos no solamente nos referimos a la tecnología, sino a los operarios de la misma, como desarrolladores, programadores e incluso diseñadores UX. 


Esta herramienta sirve para reconocer cuál es el medio o la técnica que se requiere y en qué momentos implementarlas. Identificar qué habilidades tienen que tener las personas a cargo y delimitar sus responsabilidades.


Finalmente, es posible visualizar el proceso completo, reconocer si en algún momento del mismo hay una inflexión o si el proceso es fluido, resolver lo que sea necesario y determinar el tiempo y condiciones con las que se llevará a cabo.


2- Roadmap de lanzamiento


Cuando se pretende hacer un lanzamiento, desde el vamos, el equipo tiene claro el objetivo, el producto o servicio a lanzar al mercado y un análisis de mercado previo.


Lo que se busca en el roadmap de lanzamiento es la sincronización de todos estos factores para que se produzcan con la precisión de un reloj, dando lugar a que otros equipos encargados de llevar adelante acciones de marketing, por ejemplo, puedan hacer planteos estratégicos precisos y rentables.


3- Roadmap profesional


El desarrollo personal es una habilidad cada vez más buscada en las empresas que requieren de talentos enfocados. 


Si estás preparándote para dar pasos certeros en el mercado laboral está bien que diseñes tu carrera con un roadmap que sirva como guía de profesionalización.


De esta manera evitarás invertir en capacitaciones innecesarias y, por el contrario, podrás fortalecer los aspectos más valiosos de tu perfil.


¿Cómo crear un roadmap? Paso a paso


Puedes crear un roadmap valiéndote de diferentes herramientas, por ejemplo:


Planillas de cálculo: Excel o Spreadsheets es una de las más utilizadas porque es simple pero al mismo tiempo ofrece muchas fórmulas con las cuales resolver la exposición de los procesos. 


Confluence: Esta herramienta de Atlassian es ideal para grandes corporaciones, pero también para ti si quieres empezar un roadmap de forma gratuita en un potente software. Permite vincular cada proyecto con los equipos y que estos interactúen en el desarrollo del mismo.


Trello: Aunque forma parte del marketplace de Confluence, puedes usarla para empezar a explorar tu roadmap profesional o el de tu proyecto organizando cada etapa y asignando tarjetas por cada acción. Es muy completo y lo puedes usar de forma gratuita.


Otras herramientas que puedes explorar son: Asana, Productboard, Monday.com o Wrike. La elección de una u otra dependerá de lo que sea más cómodo y útil para trabajar.


Aun cuando algunas de ellas ya tienen precargadas una serie de plantillas, no resolverán tu roadmap por sí solas. Tienes que tener claridad sobre qué aspectos no pueden faltar en un buen roadmap. Por ejemplo:Producto: Si se trata de un producto nuevo, tienes que incorporar a este punto las versiones del mismo y un MVP (Producto mínimo viable), es decir, el estudio de todas las características que lo hace aceptable por el público objetivo.


Objetivos: Las metas que planteas para su desarrollo, como también para su lanzamiento.


Cronología de acciones: Todo lo que tiene que suceder en cada etapa como para que el proceso sea fluido. Recuerda que esto tiene que estar visible para todos (tanto para un equipo como para tu cliente) y debe ser simple y práctico de leer y resolver.


Características: Las particularidades del producto tienen que estar definidas y tienen que ser parte del roadmap de manera de comprender qué recursos se requieren para su desarrollo y que respondan a las necesidades de sus potenciales usuarios.


A medida que empiezas a trabajar tu roadmap surgirán muchas preguntas, algunas de ellas pueden ser parte del planteo. Para que esto no te desenfoque, te compartimos un paso a paso para crear tu roadmap de producto.


Primer paso: 


Realiza un diagnóstico de situación en donde no solo puedas visualizar cómo se comportan los potenciales usuarios de tu producto, sino también el funcionamiento del mercado.


Segundo paso:


Establece objetivos que son, en concreto, la base de tu hoja de ruta.


Tercer paso:


Define prioridades y características con base en qué quieras que suceda en cada etapa.


Cuarto paso:


Asigna niveles y calendariza el proceso de acuerdo a su complejidad. Por lo general, un proceso complejo puede llevar hasta seis niveles, mientras que uno más simple conlleva tres niveles.


Quinto paso:


Diseña un mapa de acciones que se realizarán en cada etapa, de acuerdo a los niveles establecidos y las pruebas que se realizará del producto.


Sexto paso:


Establece un período de cambios en tu roadmap, por lo que tiene que ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a una transformación, siempre y cuando esta esté ligada a la resolución del objetivo.


Como puedes apreciar, las hojas de ruta son una guía para hacer que tu proyecto llegue a buen puerto. 


Puedes comenzar a probar su utilidad con algún objetivo personal y pronto verás todo el potencial que tiene para los negocios, sobre todo cuando intervienen muchas personas y se requiere de una inversión.


¡Empieza tu roadmap hoy mismo!