5 indicios que demuestran que debes cambiar de empleo
Es probable que muchas personas sientan que su empleo no es satisfactorio, ni siquiera mínimamente. Tal disgusto puede estar vinculado a diferentes variables, desde aspectos salariales o relacionados al tipo de contrato, pasando por asuntos de sociabilidad y/o convivencia con los compañeros de oficina, e incluso por ambientes laborales tóxicos.
A eso se suma el deseo de muchas personas de independizarse o de por fin desempeñarse en el área que siempre han deseado. En ocasiones, algunos empleados están sobrecalificados para las labores que desempeñan y eso puede ser verdaderamente frustrante.
Como fuere, hay una serie de indicios que dan cuenta que deberías cambiar de trabajo. A continuación repasamos 5 señales que revelarían la conveniencia de una renovación:
1.La ineludible apatía
Si despiertas por la mañana y una vez atravesado el umbral del sueño sientes un profundo deseo de no ir al trabajo (o de comenzar a trabajar, en el caso de los que realizan home office), es posible que te encuentres ante uno de los indicios que demuestran que deberías cambiar de empleo. Cierto hastío puede ser natural, especialmente en labores rutinarias. Pero si ese desgano se extiende en el tiempo, hay una alarma que se enciende. Quizás es momento de atenderla.
2.Contraprestaciones por debajo de las expectativas
Si bien el trabajo involucra más aspectos además de la percepción de un salario y/o ingreso, es inexorable señalar que el dinero es un aspecto clave en el terreno laboral. ¡Incluso aquellos que trabajan de lo que les apasiona precisan que esa tarea sea redituable! Así es en la mayor parte de los casos.
Dicho esto, se comprende que cuando las contraprestaciones están por debajo de las expectativas, y especialmente cuando esa situación se torna imposible de modificar, es factible que estemos ante otra de las señales que dan cuenta de la necesidad de un cambio.
3.Trabajar en “piloto automático”
Este indicio se vincula estrechamente a la sensación de apatía arriba mencionada. Además, habitualmente se relaciona a la falta de motivación y a la poca (o inexistente) generación de impacto a través de las tareas realizadas. Por lo demás, es usual que este sentimiento ocurra en organizaciones mal gestionadas, que no incentivan a sus trabajadores, o bien en labores sumamente rutinarias.
El desgano en muchas oportunidades también se relaciona a la falta de reconocimiento. ¿Sientes que en tu trabajo entregas más de lo que recibes? Pues allí hay otro indicio atendible.
4.Cuando el trabajo afecta negativamente a la vida personal
En términos ideales, las ocupaciones laborales deberían ocupar una parte de la vida personal, no la totalidad. En ocasiones ocurren desbalances en esa ecuación, por ejemplo cuando las exigencias son desmedidas, cuando la carga horaria es excesiva o si las preocupaciones del día a día son tantas que resulta imposible escapar de ellas fuera de la jornada laboral. En esas circunstancias, pensar en un cambio de aire podría ser una buena opción.
Otro caso recurrente en este punto es el de aquellos que tienen hijos y desean pasar más tiempo en familia. ¿Es posible llevar adelante jornadas de más de ocho horas y tener una vida familiar provechosa?
En este punto también podemos incluir situaciones relacionadas a la sociabilidad y que, en ciertos casos, pueden ser particularmente atendibles. La referencia es a malos vínculos con otros trabajadores (sean compañeros, socios, proveedores, jefes, clientes, etcétera), al mero aburrimiento en el trato con ellos, hasta situaciones más complejas que se traducen en ambientes laborales tóxicos en los que, a veces, ocurren maltratos y/o abusos.
5.El mero deseo de animarse al cambio
Es absolutamente entendible la incertidumbre que podría generar un cambio de empleo. ¿Estaré a gusto en el nuevo trabajo? ¿Realmente quiero dar el salto? ¿Qué pasará con mis ingresos? Aquellas y otras dudas pueden invadir los pensamientos del trabajador que piensa en nuevos caminos. Como fuere, cuando el deseo es sostenido y recurrente, ¿por qué no atenderlo?
El mero ánimo de cambiar también es una señal que muestra que deberías pensar en un nuevo empleo u ocupación. Plantearse nuevas metas, crecer profesionalmente, conseguir un salario más alto, cumplir viejos anhelos, a fin de cuentas, animarse. Naturalmente, conviene hacerlo en forma calculada, organizada y a conciencia para estar al corriente de las ventajas y desventajas que implica el movimiento.
¿Cuándo están satisfechos los trabajadores? Las necesidades físicas, mentales, espirituales y emocionales
Un relevamiento realizado por la revista de negocio de Harvard entre 12.000 empleados dio cuenta de resultados elocuentes. La felicidad y productividad de los trabajadores depende en gran medida de la satisfacción de cuatro necesidades.Física: Es importante que los empleadores ofrezcan oportunidades para recargar energía durante la jornada laboral.
Mental: También es clave la posibilidad de concentrarse en las tareas, escogiendo cuándo y dónde realizarlas.
Emocional: Es relevante sentirse valorado por las contribuciones.
Espiritual: El estudio remarcó la importancia de experimentar una conexión con un propósito superior al mero trabajo.
Aquel informe cerró con la siguiente reflexión: “Valorar (a los empleados) no requiere inversión económica. Lo que sí requiere es una disposición diferente entre los líderes para cambiar la suposición de larga data de que el desempeño se mide mejor por la cantidad de horas que dedica al trabajo (…) en lugar de por el valor que generan, independientemente de cómo elijan hacer su trabajo”.
En línea con lo repasado aquí, y tal como señaló el consultor Iván Castillo en esta entrada publicada en LinkedIn, sentir que el trabajo está conectado con el propósito de vida “es una de las experiencias más vivificantes”.